URBAS cerró 2023 con un beneficio neto de 19 millones de euros, un 15% más que el año anterior. De esta manera, la compañía ha mejorado resultados al tiempo que reestructuraba sus empresas constructoras “para agilizar el negocio, evitar solapamientos y aprovechar sinergias tras el crecimiento inorgánico de los últimos años”, apuntan en un comunicado. En el marco de este proceso, la cifra de negocio se ha reducido en un 20% y se sitúa en 240 millones de euros. También explica que el resultado bruto de explotación (EBITDA) haya crecido sosteniblemente hasta los 26,4 millones de euros (+1,54%). En esta línea, también mejora el margen EBITDA situándose en un 11% sobre los ingresos.

Una vez completado el proceso de reestructuración, las previsiones para próximos ejercicios apuntan a crecimientos sostenibles de la facturación respaldados por el aumento de los proyectos internacionales, tanto en el área de ‘Infraestructuras y Edificación’ como en la de ‘Energías Renovables’. En este sentido, la facturación internacional (75 millones de euros) ha supuesto en 2023 más de un 30% del total de la cifra de negocio, con la previsión de que en 2028 llegue a representar más del 50% del total.

Adicionalmente, el patrimonio neto crece hasta situarse en 620 millones de euros y el Fondo de Maniobra o Working Capital también lo hace hasta los 515 millones de euros.

Tras la cancelación desde 2021 de deuda financiera por más de 220 millones de euros, URBAS viene desarrollando un proceso activo de reestructuración y refinanciación de su pasivo, cancelación de deuda y diversificación de vías de financiación. En este sentido, la compañía ha reducido su nivel de endeudamiento financiero neto en más de un 8% desde los 220 millones apuntados en 2022 hasta 202 millones de euros en 2023, debido a asumir la deuda de las compañías adquiridas en este periodo (Naisa y su cantera de mármol en Murcia; la sucursal boliviana de la ingeniería suiza-alemana Molinari Rail; y las residencias de personas mayores de Madrid y Burgos).